El ladrón allanó la habitación de la joven solo para verse sorprendido por el reflejo de esta en el espejo. Dejó el botín y huyo sobrecogido por su belleza. Robó al Destino su hilo de seda, al Tiempo su reloj de arena y a la Muerte su guadaña de ébano. Fue hasta la joven y le entrego su preciado botín por un beso.
Pero el cambio nunca fue producido. El ladrón devolvió los objetos a sus dueños. En castigo, el Destino torció su fortuna y el Tiempo acortó su existencia hasta encontrarse con la Muerte.
Pero el cambio nunca fue producido. El ladrón devolvió los objetos a sus dueños. En castigo, el Destino torció su fortuna y el Tiempo acortó su existencia hasta encontrarse con la Muerte.
2 comentarios:
Hombre, le tenía perdida la pista ya, siempre es grato re-encontrarse con sus err.... alegres relatos jeje ;)
Me he puesto colorada al leer tu comentario!..
Me gusta hacerte compañía y no tienes que agradecerlo, lo que escribes en broma a veces y con el corazón en la mano en otras siempre me ha llegado.
Ahora dejemos de lamernos las pollas, como diría mi amigo Evelino, y salgamos a emborracharnos por ahí. Querido, la web es inmensa, pero yo me alegro de haberte encontrado.
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